“La verdad de la vida más extraña y difícil de creer, irónicamente surge del temor a nuestro propio éxito”. Abraham Maslow
Por años he normalizado la satisfacción momentánea generada por los buenos comentarios de familiares y amigos, respecto a mi persona o trabajo, como un indicador de que estoy haciendo bien las cosas.
Después de todo soy el mayor de mis 2 hermanos y hermana (los hermanos mayores sabrán lo que implica), fui el primero en mi familia en tener una carrera universitaria y desde hace unos meses, el primero que ha decidido conscientemente, pero con bastante miedo, que jamás volvería a buscar un trabajo godín.
Sé que ellos me aman, pero hoy me doy cuenta de que esos comentarios me han situado en una zona de confort que alimentaba mi miedo al éxito.
Es difícil creer que existe este miedo, pero es una de las principales razones que me han detenido a iniciar nuevos proyectos o a postergarlos y escribiendo este post me hago consciente de él.
Solo así podré superarlo y permitirme ser exitoso.
Para que te des una idea de los que te hablo, quisiera que me leyeras.
Miedo a renunciar
“Una vida sin examen (explorar) no merece la pena ser vivida”. Sócrates
No renuncié a mi trabajo para emprender, me despidieron.
Esto paso en diciembre del 2019, justo en la semana de Navidad y en realidad me liquidaron con 3 meses de sueldo.
Aunque desde antes ya tenía la romántica idea de renunciar y salir gritando de la oficina «libre soy, libre soy», la realidad es que el miedo a explorar fue más grande que yo.
Pensaba hacerlo el día de mi cumpleaños (julio), posteriormente después de mis vacaciones de noviembre y según yo, definitivamente lo iba a hacer cuando recibiera mi aguinaldo.
No olvidaré el día de la noticia, quién me lo dijo fue la contadora de la empresa, no mi jefe directo y mucho menos los dueños.
La vida no cambiaba en absoluto para ellos, pero si lo hacía para mí.
Se me revolvió el estomago y no puse mucha atención a lo que me decía, mi mente estaba en otro lado.
La vida y sus circunstancias me empujaban a dar el salto que por autonomía yo no había podido dar.
¡Estaba pasando!
Lo primero que hice fue llamar a Nallely (otra historia). Después fui a celebrar comiendo camarones y además me tomé una chela (o dos) y finalmente acudí con mi madre.
Si bien la decisión estaba tomada, necesitaba sentir su apoyo.
Desde antes, ella ya sabía que «quería cambiar de empleo».
Lo que no sabía era que no mandaría curriculums porque ya estaba aceptado en mi empresa. Una empresa joven y que apenas tenía forma.
Tratando de que entendiera mi situación le platiqué, ahora si con detalle, que ya sabía lo que era ganar dinero de forma remota y que tenía dos fuentes de ingresos adicionales que cubrían mis gastos.
La primera de ellas era la pequeña comisión que me generaba la administración de un pequeño fondo de inversión familiar.
La segunda era este blog que empecé a escribir en abril del 2019 y que para julio del mismo año ya estaba monetizando con marketing de afiliados.
Y que además ahora tendría el tiempo que necesitaba para darle forma a a todas las ideas de negocios que no me dejaban dormir por las noches.
Funcionaba a base de café y cacao
Esto último real, entre escribir el blog, mi trabajo y lo fascinado que estaba con todo el conocimiento nuevo que estaba adquiriendo, dormía alrededor de 3 horas por día (y valía la pena).
Jamás conoceré la satisfacción que puede causar renunciar, pero tampoco la preocupación de ver cortada de golpe tu única fuente de ingresos, en mi caso, sin previo aviso.
El miedo al éxito me orilló a mantenerme en una zona segura, se manifestó para intentar protegerme de mi propia grandeza y de lo abrumadora que puede llegar a ser en estado salvaje.
En cautiverio jamás habría sabido que tan alto puedo volar, incluso no sabía que podía hacerlo y hoy mismo no sé que tan lejos puedo llegar.
Me ha costado adaptarme al entorno natural, pero ya no hay marcha atrás. Una vez que pruebas la libertad nadie te la puede arrebatar.
Tres meses después logré suplir completamente el ingreso de mi empleo anterior y al día de hoy he creado otra fuente de ingresos monetizando un canal de Youtube.
Si bien no estoy en posición de darte un consejo, quiero que sepas que puedes crearte ese margen de seguridad sin dejar tu empleo actual.
Y si así lo deseas, espero que tú si puedas vencer el miedo a renunciar cuando llegue el momento.
El miedo al cambio
«Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos». Victor Flankl
Pocos libros como el de Victor Flankl han impactado en mi vida. Lo leí en secundaria, por obligación de una materia. En ese entonces no tenía el gusto que hoy tengo por la lectura.
No era que no hubiera libros en casa, mi madre siempre ha tenido demasiados. Pero estaba leyendo su literatura, no la que a mí me gustaba.
Fue hasta que empecé a leer en PDF (no tenía dinero) y después a comprar mis propios libros que descubrí que amaba el hábito.
Hoy hasta escribo un blog.
Si bien nuestro entorno cercano ejerce una gran influencia sobre cada uno de nosotros, en última instancia se supone que somos seres con libre albedrío.
Creo en un Universo determinista, pero también creo que cada uno escribe la narrativa de su vida.
Sin embargo, escribir ese narrativa nos confronta con nuestro miedo al cambio.
No nos gusta el cambio porque generalmente lo hacemos cuando no tenemos otra salida y no por decisión propia.
Soy una persona introvertida por naturaleza, conozco poca gente y no me agrada la idea de que me vean, incluso sin llegar al punto de ser famoso o una figura pública, como ahora se conoce.
Pero entender mi personalidad y serle fiel a ella me han ayudado a crear contenido audiovisual con mi toque personal, que para muchos puede parecer aburrido y poco expresivo.
Para cambiar tenemos que aceptarnos y combatir nuestros egos.
Algunos muy comunes son: ¿Qué van a pensar?, ¡No lo merezco!, ¿Y si fracaso?, no soy tan bueno como los demás dicen, o en mi caso ¿Y si muchos me ven/leen?
«No eres la voz que escuchas en tu cabeza, eres quién la escucha»
Por años ese miedo al cambio ha evitado que tome decisiones que sé que son las mejores para mí.
Siendo tan reservado, solía poner en la balanza a mi entorno más cercano. Dándome poco peso a mí.
Porque soy una persona con pocos amigos y la mayoría viven en el barrio dónde yo vivo, porque soy muy apegado a mi familia y porque así me educaron, con comidas familiares los domingos.
Si lo pienso bien, muchos de ellos tienen oficios parecidos con vidas, aunque distintas, parecidas en muchos sentidos.
Muchas veces el miedo al éxito me ha susurrado diciendo que si hago lo necesario para poder moverme de barrio, o mejor aún, a una ciudad con una vida más tranquila (me gustaría Huatulco o Mérida), me estaría alejando de ellos (afectuosamente).
«Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes». A. Einstein
Si D-os existe, me he creado la ególatra construcción de que me puso en mi familia para ser quien se atreva a explorar nuevos caminos.
Caminos en dónde ninguno dependa de una sola fuente de ingresos, dónde todos tengan el dinero suficiente para vivir con tranquilidad y con ello adaptar nuestras viejas tradiciones, incluso crear nuevas.
Pienso que todas las familias han tenido a un integrante que se ha convertido en un hito y generalmente es aquel que puede vencer sus egos y el miedo al cambio.
Quiero ser ese integrante y hoy le digo adiós a ese miedo.
El miedo a ganar
«En el ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es la que se realiza». Siegbert Tarrasch
Es probable que mi meta económica más grande de este momento, sea la meta más chica de otra persona.
He aprendido a generar dinero, a conservarlo y a hacerlo crecer.
Si bien no es fácil para la mayoría de nosotros, es más difícil aún permitirte ganar más.
Especialmente es un país como México, dónde la acumulación de dinero muchas veces es sinónimo de corrupción, de narcotráfico, de falsas relaciones personales y es blanco de la delincuencia.
Por otro lado, también he comprobado de primera mano el bienestar y tranquilidad que te genera saber tus gastos del próximo mes cubiertos.
Sin embargo, sé que podría ganar más, incluso sin crear nuevos negocios, con los que ya tengo.
Tengo el tiempo para hacer más vídeos y escribir más y por consecuencia crecer mi audiencia y con ello mis ingresos.
También tengo el tiempo para hacer más investigaciones de mercado y para aprender lo necesario para generar la que pretendo sea mi nueva fuente de ingresos.
Sé que necesito mejorar mi inglés y aprender a programar en Phyton, porque quiero agregar una tienda virtual a mi página web y sentar las bases de una start-up.
Todo lo anterior mencionado me podría generar mayores ingresos y sé cómo hacerlo o dónde aprenderlo ¿entonces por qué lo sigo postergando?
«Winners win»
Hace unos meses me justificaba con «la pandemia» ya que al tener a mi familia y sobrina pequeña en casa, «me tomé vacaciones».
No hacía gran cosa y aún así me sentía con poca energía.
El proceso de adaptación a mi nueva vida me ha costado, pero quién realmente me está deteniendo es el miedo.
Algo que se puede aprender de los empleos formales es que existe una estructura organizacional. Hay horarios, fechas de entrega, tareas puntuales y lugares específicos para apuntar todo.
Si el ajedrez es como la vida, tenemos que planear cada jugada, porque la que hagamos será la mejor. Simplemente porque las demás no existen.
La planeación sera mi forma de vencer el miedo a ganar, ya que ganaré por consecuencia.
Creo en la suerte
«La estadística es una ciencia dónde todas las mentiras se vuelven números»
Veo a la suerte como algo fortuito, creo que por definición lo es, pero que no depende totalmente del azar.
Vamos a suponer a la vida como una Lotería Nacional que reparte muchos premios y de todo tipo.
En la tómbola de los premios económicos, la libertad financiera es el Premio Mayor.
Como empleado hubiera tenido un cachito y mi posibilidad de ganarlo hubiera sido de 1 entre 60,000 o dicho de otro modo de 0.000016%.
La mayoría de todos nosotros tendremos un cachito a lo largo de nuestra vida.
Pero cuándo decidimos generar múltiples fuentes de ingresos, cada una de ellas incluye una máquina de generar cachitos.
Yo no le apostaría toda mi suerte a un solo cachito, pero sé que con el paso de los años acumularé suficientes y si bien puedo no ganar el Premio Mayor, estoy seguro de que la lotería de la vida tiene varios premios para mí.
Baso esa seguridad en la probabilidad, misma que aumentará con las nuevas fuentes de ingresos que vaya creando.
Por lo tanto, te deseo suerte.
Suerte para que te mantengas con salud y lúcido y suerte para que puedas vencer el miedo al éxito y emprender cada uno de tus proyectos.
Por mi parte, publicar este post es prueba fehaciente de que afrontaré el mío.
-Alejandro Lara
Miedo al éxito: Vídeo
También te comparto el vídeo de este artículo, por si prefieres este formato.
¡Disfruta el viaje hacía tu primer millón!
Alejandro, me da mucho gusto leer un post como este. Realmente me siento en la misma situación, estoy en un trabajo que no me gusta y es mi única fuente de ingresos. Estoy pensando igual manera crear contenido sobre un tema que ma apasione y de ahi ir aprendiendo en el camino.
hermano, excelente articulo. gracias por comparitr. espero seguir leyendote un abrazo. Dios te bendiga…